03 marzo, 2008

Carta 5

Querido DonNadie:

Cuándo me fui a mi escritorio hoy para comenzar a escribirte, me di cuenta de un pequeño detalle: jamás me he preguntado nada sobre ti.
O bueno, en realidad si, muchas veces; pero no me refería al Tú al que suelo escribirle, a ese ya de cierta forma lo conozco a través de mi imaginación (que es bastante eficiente en estos casos) me refería al Tú-físico-real.
En una de las postales mencioné que te imaginaba con un sombrero estilo siglo XVI, pero... ¿usarás uno? ¿O serás el tipo de persona que detesta todo lo que impida que el sol les acaricie cada arte visible de la piel?
O tal vez me equivoco con las dos, tal vez solo te gusta usar sombrero para evitar mojarte en la lluvia... ¿O en ese caso preferirías un simple paraguas?


¿Cómo es el DonNadie que no conozco?
¿Cómo es el DonNadie que camina por la calle? ¿Atraviesa con paso firme y decidido por las abiertas alamedas? ¿Camina entre los transeúntes con la mirada perdida y, aparentemente, sin un destino fijo? ¿Se siente el dueño de la calle, una cortes y amable persona más entre el gentío, o se escabulle de las miradas buscando siempre callejuelas o rincones sombríos que lo oculten?

¿Y cómo es el DonNadie de su casa?
¿Suele sentarse en el patio delantero observando a la gente pasar en las mañanas de domingo? ¿Se encuentra casi siempre detrás de su escritorio escribiendo sin parar cientos de cartas de vital importancia para el futuro de la nación? ¿Pasa los días estudiando y leyendo cuanto libro nuevo encuentra en su polvorosa biblioteca? ¿O es que acaso las labores intelectuales le resultan aburridas e insignificantes comparadas con la satisfacción de poder construir, idear, planear nuevas formas y decorados que sean dignos del fino gusto de su señora esposa?
O quizás jamás este en casa. Quizás jamás haya tenido tiempo de sentarse en el balcón, ordenar el escritorio, desempolvar algunos de los textos de la biblioteca, y ni mucho menos fabricar regalos ni decoraciones...




Debes irritarte cada vez que te escribo tantas y tantas preguntas que, se bien, jamás responderás; pero bueno, una chica como yo no puede dejar de resultarle molesta a la "racional, educada, y bien crecida gente común".

En fin...
Sin más teorías raras por el momento me despido con fieles saludos cordiales.

L. Barfield.-



PS. Espero no haberte ofendido con todo eso, olvida mis preguntas y sarcasmos si te sientes identificado con mi peyorativa descripción. Después de todo, solo son desvaríos.





02 marzo, 2008

Postal 2

Q. DnN.
Los últimos 3 días me la he pasado en grande en París.
¡Sí! ¡París!
La cuidad alemana que vio nacer a todos esos grandes personajes y morir a otros tantos...
Aquí es todo genial, inmenso y muy luminoso.
Ojalá estuvieras aquí... Muchas veces he estado segura que te encontraré en una esquina, o tomando un café, o paseando al lado del Gran Río Amazonas con un gran sombrero como los del siglo XVI.
Sería genial encontrarnos, ¿no?
Sobretodo con la magnifica aura de esta cuidad... ¡Es increíble!
Además, si la cuidad te aburre, siempre podemos ir a dar un paseo por la sabana, o tomar uno de esos viajes guiados para ver a los leones acostarse bajo la magnifica sombra que La Gran Muralla
En fin... Nunca es malo soñar...
¡Saludos desde El Oriente!

L.Barfield
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post scriptum: Mi profesor de gogreafía es un asco. Jamás le he entendido nada.

Máscaras y Antifaces *~

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Aveces soy la protagonista de mis propias historias... Pero no se ilusione, no pasa muy seguido.